Nací el 22 de septiembre de 1973 en Buenos Aires, Argentina. De niña observé con admiración y detenimiento los quehaceres de mi abuela materna: cosía, bordaba, dibujaba y pintaba. El sentido estético incorporado hizo que tal vez a mis 11 años lograra ingresar al Instituto Superior de Danza del Teatro Colón. Fueron 8 años de movimiento y disciplina, de presencia y dominio del cuerpo e indudablemente de una belleza exquisita. Luego hice la licenciatura en periodismo, otra forma de comunicar, no a través del cuerpo sino de la palabra y después una tecnicatura en cine. Una vez realizados estos estudios y ejercido durante varios años tuve la oportunidad de ingresar al mundo del diseño de prendas. El contacto con lo textil me despertó un gusto especial por el color. Entonces supe que quería pintar. Pero que quería pintar? no lo sabía. Decidí poner al servicio mi prolijidad innata y me dispuse a tender líneas que formaron habitáculos y estos me invitaron a ponerles color. Y así fue que encontré en la geometría simple un lugar de inicio y contención para luego moverme con libertad. Como cuando bailaba y una vez aprendida la coreografía podía tomarme algunas licencias para dar paso a una mayor expresión. Por lo general comienzo a armar una cuadrícula que a veces respeto y otras la quiebro, la borro, la olvido. Luego elijo un color y luego éste me pide otro, y así sucesivamente. A diferencia de otros artistas geométricos no trabajo con boceto. Aparecen así la intuición y la improvisación que me alejan del acabado impoluto para que lo humano tome su lugar.